El día 9 de marzo cumplía sesenta años Arsenio González, uno de los mejores hombres de equipo que ha habido en
la historia del ciclismo español y mundial. En su trayectoria de corredor se ha puesto muchos dorsales, el 12
de abril de 1975 le tocó el número 20 en el I Gran Premio Amorebieta, en la entonces denominada categoría de
juveniles B. A la edad de lo que conocemos como un cadete de primer año, después de aproximadamente cuarenta
kilómetros, llegó en el grupo del ganador, Aitor Tellería. Arsenio originario del pueblo burgalés de Yudego y
licencia con la Sociedad Ciclista Santutxu, percibía una dieta de ciento cincuenta pesetas. En las temporadas
siguientes, le tocó medirse entre otros con quintos suyos como Federico Etxabe y Julián Gorospe. El de Kortezubi
y el de Mañaría pasaron a profesionales en 1982, González el 1 de mayo de ese año conseguía la Clásica Santa Cruz
de Legazpia y en territorio gallego la Volta da Ascensión. Siendo seleccionado para correr el Mundial de Goodwood, en
Gran Bretaña.
A comienzos de febrero del 83 Arsenio González se presentó con el Kelme en Elche, a escasos días del inicio de la
Ruta del Sol. En la primera etapa en línea, tras el prólogo contrarreloj por equipos, el <<neo>> probó una fuga de unos
kilómetros. No se trataba de un ciclista de los que se acomodan, sacrificado, serio y eficaz en su trabajo. Se dejó ver en la Vuelta a España, cosechó el éxito en una etapa de la Vuelta a Cantabria, realizaba una meritoria actuación en Ordizia y alcanzó la segunda posición en la general final de la Vuelta a La Rioja. A cinco segundos de otro de su quinta, Eduardo Chozas.
Arsenio se mantenía en Kelme hasta 1986, del 87 al 90 en Teka, del 91 al 93 con Clas-Cajastur, como Mapei del 94 al 96 y regresaba al Kelme para sus dos últimas campañas como corredor. En la jornada final de la Vuelta a España de 1998 fue homenajeado y transitó por una de las una metas volantes en primer lugar. En 1992, 1993 y 1994 ayudó a que lograse la Vuelta a España el suizo Tony Rominger y en 1995 el Giro de Italia. En esa época solía ser un habitual en los Campeonatos del Mundo, en el de Benidorm de 1992 se clasificó 31º.
La vuelta a la competición de Arsenio González, en máster 50, nos has permitido poder coincidir con él y acercarnos a su persona en las citas ciclopedestres, en las que se ha defendido con nota alta. También en las ocasiones en las que corría su hijo Mikel, que hizo diecinueve años el día 3 de febrero. Puedo contar como anécdota que en una Subida a Santa Águeda, saqué un cromo que tenía de una colección de Bimbo de 1994, se lo enseñé a Arsenio y a Mikel, su aita me lo firmó. Entre mis muchos archivos y pendiente de localizar, guardo un calendario de ciclocross de la Federación Vizcaína de Ciclismo, en el que era el protagonista a finales de los ochenta con la vestimenta del Teka.
Mi felicitación Arsenio y que sigas con ese amor al deporte del pedal.