Hoy cumple 75 años Prudencio Peña López, un hombre polifacético, natural de Burgos pero que ha pasado gran parte de su vida residiendo en Vizcaya, muy vinculado a Ugao y sus actividades. Nos conocimos en 1989, yo me federé para correr en ruta, debutando como cadete de segunda temporada, así coincidí compitiendo con su hijo Borja. A finales de esa década de los ochenta Prudencio era de los pocos que acudía a las carreras con una cámara de vídeo, así pudo grabar una de las carreras que han resultado más emotivas para mí, la que participamos en Ispaster en la mañana del 2 de julio del 89. Cuando en septiembre fui a Zeberio, otra de las citas del calendario, me llevé una grata sorpresa, Peña también era el speaker con su voz interesante. Aquella tarde me encontré muy bien de piernas, desafortunadamente se me pinchó la rueda trasera bajando del Alto de Sarasola a Artea. Sentí una impotencia tremenda, verme al lado de David Seco en la selección que se había hecho y tener que parar para ser asistido. Recibí la ayuda de directores de otro equipo para ponerme una rueda, tardaron varios minutos en poder encajarla en el cuadro Orbea Moncayo que yo utilizaba. Cuando quise reiniciar la marcha me esperaba el vehículo que hacía de escoba, no quise retirarme, apreté y empecé a adelantar corredores. Recuerdo que hice los últimos kilómetros con otros dos, uno de ellos era Unai Esteibarlanda. Me llamó la atención que el vehículo escoba disponía de megafonía, nos animaron diciendo nuestros nombres. Los jueces ni nos esperaron en la meta, habíamos llegado en puesto para cobrar la dieta. Me dio rabia no ser clasificado, pero Prudencio sabedor de mi incidencia tuvo el detalle de entregarme la dieta de 600 pesetas. Tampoco me olvido en aquella época cuando me trajo del Ciclocross de Górliz, en compañía de un niño que después llegó a ser un buen ciclista, Arkaitz Santamaría.
Para mí otro momento muy especial que compartí con Peña fue cuando corrimos en Ugao, el Premio Virgen Udiarraga para la categoría de juveniles de primer año, en septiembre de 1990. En ese lugar al igual que en Zeberio ha sido la voz del ciclismo desde 1983. Apenas hubo tiempo para recuperar de haber corrido la tarde anterior en Lemona, a pesar del desgaste quedé contento de lo que hice. Sentí pena cuando en 1991 su hijo no completó la temporada, Orduña fue la última prueba a la que se presentó.
Prudencio Peña además de haber apoyado a la Sociedad Ciclista Ugao, llegó a colaborar con la Federación Vizcaína de Ciclismo y en diferentes ocasiones con Punta Galea Txirrindulari Elkartea. En su actividad profesional ha sido director de una empresa de sistemas industriales y navales, viajando bastante por el mundo. Es la primera persona que conocí con teléfono móvil, cuando su uso apenas estaba extendido. Recuerdo una llamada que le hice en los primeros años noventa y espero no ubicar mal su localización, debía estar en aquella ocasión en Tarifa o Gibraltar. No nos hemos podido ver tanto como uno desearía, los momentos que hemos compartido han sido muy especiales para mí. El 21 de abril de este 2018 es la última vez que hemos estado juntos, en Urdúliz, él me fotografió a mí y yo a él. Es la imagen que le dedico como felicitación a alguien tan especial para mí.
Vídeo que nos grabó en Ispaster el 2 de julio de 1989 y pasé yo a formato dvd
